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Encantados

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Porcayomena

Nov 14, 2021

Por: Alfredo Astorga

Las Islas Encantadas representan para los ecuatorianos -aunque la mayoría nunca las visitará- su mejor posesión y orgullo. Lo que les afecta, nos duele a todos. Lo que les beneficia, nos alegra la vida.

Esta vez una buena noticia recorrió el mundo. Galápagos, nuestro ícono de naturaleza viva, brilló en la Conferencia 26 sobre el cambio climático. Sucedió en Glasgow, lejana ciudad de Escocia en el Reino Unido. A principios de noviembre.

El Presidente anunció la ampliación de la zona de protección marina de Galápagos en 60 mil km2. Miles de especies estarán a salvo de depredadores internos y externos. La propuesta -incluso más ambiciosa- había sido planteada tiempo atrás. Según las autoridades se formuló con el consenso de actores sociales. La medida supera la contradicción entre producción vs. conservación. La segunda es condición para la primera.

La propuesta tomó cuerpo con dos complementos que le confieren seriedad. La inserción del esfuerzo en un área mayor con el concurso de Costa Rica, Colombia y Panamá. Y la creación de un mecanismo de canje de deuda para financiarlo todo. Las primeras expresiones de interés provendrían de Estados Unidos, Holanda, Italia.

Sin embargo, han surgido voces, especialmente de mujeres amazónicas, advirtiendo la gran contradicción. Conservación en Galápagos por un lado y depredación petrolera y minera por otro. Con miles de perjudicados en la Amazonía. Imposible ignorar; peor aún, con una COP26 alineada con la reducción de combustibles fósiles y la preservación de bosques y selvas.

La propuesta sorpresiva de Lasso -lastimosamente no conocida antes casa adentro- no quedó ahí. Decidió volar alto. Habló de un nuevo modelo, de la transición ecológica del Ecuador. De su opción por una economía circular, resiliente y baja en emisiones. Descarbonización de la economía para el 2.050 con proyectos en electricidad, energías renovables, agricultura, turismo, hábitat… nos enteramos del nuevo país que seremos.

Los compromisos adquiridos frente al mundo, no son de factura inmediata. Comprometen políticas de estado que sobrepasan un gobierno. Una opción por la conservación excede un sector, cruza toda la vida económica y social. Supone nuevo orden, nuevas prioridades, menos inequidad, sostenibilidad de la vida en cada movimiento.

Es justo valorar y aplaudir la propuesta (otro eje para buscar acuerdos de país). Será preciso superar los discursos y avanzar hacia políticas integrales, estrategias y proyectos evaluables. Eficiencia y rendición de cuentas lucen indispensables. Y por supuesto, consecuencia en el conjunto de medidas, incluida la protección de la selva y el agua. No se puede defender la naturaleza a medias.

El país no resiste más promesas y encantamientos. Ni el olvido de lo esencial: el bienestar de las poblaciones involucradas. El conservacionismo sin el ser humano en el centro, es un delirio.

Fuente: Diario El Comercio

https://www.elcomercio.com/opinion/encantados-islas-ecuatorianos-alfredo-astoga.html

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